Sintomas
No todos los siguientes síntomas se presentan a la vez y presentarlos no siempre significa que se está iniciando la enfermedad del Alzheimer. Cada persona es un caso diferente, pero sufrir algunos de estos síntomas en edad avanzada puede suponer tener la enfermedad y sería recomendable ir al médico para realizar varias pruebas.
La detección temprana es muy importante porque, cuando antes se empiecen los tratamientos adecuados, se puede frenar la progresión de la enfermedad considerablemente. Estos signos que enunciaremos a continuación son muy sutiles, puesto que en la primera fase parezca que todo va bien e incluso, se pueden atribuir estos síntomas a efectos de la edad y por eso es difícil detectarlos.
La capacidad laboral se ve afectada, puesto que la falta de atención y la pérdida de la memoria inmediata hace que les sea más difícil recordar citas, nombres y otras cuestiones del trabajo.
Repeticiones frecuentes a preguntas que ya han obtenido una respuesta debido a, como ya hemos comentado anteriormente, la disminución de la capacidad de atención y de memorizar.
Colocación de objetos en lugares erróneos, como por ejemplo no dejar las llaves en el sitio habitual.
Dificultad para recordar el nombre de personas y el nombre de objetos cotidianos, que técnicamente se conoce como las gnòsies.
Reciben estímulos del exterior, ya sea a nivel visual, auditivo, etc...Pero cuando llegan al cerebro no se procesan.
Por ejemplo, ven un bolígrafo pero no son capaces de saber su nombre o la función que tiene. Las gnòsies (Palabra derivada del griego gnosis, gnoseos, Sgn. Conocimiento) suelen ser más comunes en fases más avanzadas.
Dificultad para orientarse en el tiempo o en un lugar, por eso es muy común que se pierdan o que no sepan en qué año viven, aunque esto en fases más avanzadas, puesto que al principio no es tan notable.
Dificultad para realizar gestos simples y organización de planes familiares.
Pérdida de interés y de motivación por actividades que anteriormente disfrutaban haciendo, por el hecho de notar que no recuerdan como realizarlas.
Dificultades para realizar trabajos fáciles que antes solían hacer.
Las afasias, que consisten una perdida del lenguaje producida por una lesión cerebral y esto dificulta mucho la expresión y puede llevar al aislamiento del individuo.
Cambios repentinos de humor e irritabilidad.
Dificultad para utilizar objetos muy familiares, cómo por ejemplo el mando de la televisión.
Problemas con el pensamiento abstracto, es decir, tendrían dificultades al deducir, sintetizar, analizar y resolver problemas.